Hoy en día sería prácticamente inconcebible imaginarnos nuestra vida sin la existencia de la electricidad y de algo tan sencillo como puede ser una bombilla. ¿Te imaginas cómo sería nuestro día a día (o mejor dicho, nuestra noche a noche) sin su luz?
Desde que Thomas Edison consiguiera en el año 1879 (la primera vez que logró que una bombilla se mantuviera encendida durante 48 horas seguidas) el resultado más parecido a lo que conocemos hoy en día, ha sido algo que nos ha acompañado y evolucionado a lo largo de los años.
Pero, ¿alguna vez nos hemos preguntado algo más sobre ellas? Nosotros sí, y por eso hoy queremos compartir contigo cómo funciona una bombilla.
Cómo funciona una bombilla según su tipo
Cómo funciona una bombilla incandescente
Probablemente si te decimos que pienses en una bombilla, se te venga esta imagen a la cabeza. Es la tradicional, la del alambre y la cúpula de cristal.
Su funcionamiento recuerda bastante al de la antorcha. En el interior tiene un alambre de metal que, gracias a la electricidad, este alambre entra en incandescencia y da como resultado la luz que irradia.
La entrada de la corriente se hace a través del casquillo metálico que compone la parte inferior de la bombilla. La corriente pasa a través de él hasta el alambre, que está compuesto por un material que puede sobrepasar hasta los 3.000 grados sin fundirse.
El avance que consiguió Edison es introducir este alambre en un recipiente de vidrio al vacío, de modo que el aire no pudiera deteriorar el calor.
Cómo funciona una bombilla LED
Actualmente las bombillas LED, por su bajo consumo y su mayor eficiencia, son las que encontramos en la mayoría de nuestros hogares.
Para entender su funcionamiento tenemos que entender la base de este tipo de bombillas: el diodo. Este es un componente electrónico que tiene dos terminales, pero en el que la corriente eléctrica viaja a través de él en un solo sentido.
La electricidad fluye por estos diodos, generando una gran cantidad de energía (en forma de fotón) que llega hasta el chip-reflector, el elemento que determina el color de la luz. Es entonces cuando se hace la luz.
Como para conseguir hacer luz no necesita generar calor, la temperatura de este tipo de bombillas apenas aumenta, pues no necesita de esa incandescencia que sí requieren las anteriores, sino que funciona a través del proceso de luminiscencia.
La diferencia entre las bombillas LED y las bombillas incandescentes es abismal. Mientras que las anteriores tienen una duración de unas 5.000 horas de luz, la vida de las LED puede superar las 100.000 horas.
Cómo funciona una bombilla fluorescente
Las bombillas fluorescentes fueron el primer sustitutivo de las bombillas incandescentes por su ahorro energético.
Este tipo de bombillas están formadas generalmente por un tubo de cristal en cuyo interior se encuentra un gas inerte. A cada lado del cristal se encuentra un filamento que, a través de la corriente eléctrica, se calienta. Al calentarse, el gas se ioniza y da lugar a la luz.
Uno de los principales inconvenientes de las bombillas fluorescentes es el uso de mercurio, un gas altamente contaminante y muy difícil de reciclar. Si te planteas cambiar un tubo fluorescente por led te lo contamos en este post.
El mejor tipo de bombilla según su funcionamiento
Una vez analizado cómo funciona una bombilla, descubrimos que la que nos aporta más ventajas, tanto por su eficiencia como por su menor nivel de contaminación, es la bombilla LED, que además nos ofrece otras ventajas como pueden ser la variación de color o intensidad.
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